Paulo Muñoz: Corredor Bioceánico como una política de integración regional

Durante las últimas semanas, distintos países del Cono Sur han retomado con fuerza el impulso al Corredor Bioceánico Capricornio, una iniciativa que busca conectar el Atlántico con el Pacífico a través de Brasil, Paraguay, Argentina y Chile.

Más que un proyecto de transporte, se trata de una verdadera política de integración regional que podría redefinir la conectividad y el desarrollo económico del sur del continente.

El avance del corredor ha estado acompañado por una disposición inédita de los gobiernos para coordinar inversiones y resolver los desafíos que este proceso conlleva: modernización de carreteras y puentes, mejoras sanitarias y de seguridad, y fortalecimiento de los pasos fronterizos.

En el caso de Chile, se proyecta que el flujo de carga por los puertos del norte podría duplicarse, lo que exige preparar la infraestructura logística, portuaria y urbana para recibir este nuevo dinamismo productivo.

Pero el corredor no es solo un eje de mercancías: es una apuesta estratégica para diversificar la economía regional, promover la cooperación entre Estados y generar oportunidades para los territorios que atraviesa. Si se concreta con éxito, el Cono Sur podría transformarse en uno de los principales exportadores de alimentos -tanto vegetales como proteínas- hacia el Asia Pacífico, consolidando una posición geopolítica clave.

Para lograrlo, será esencial mantener la coordinación entre gobiernos, sector privado, academia y las persona. La infraestructura física debe ir acompañada de infraestructura institucional: acuerdos regulatorios, aduaneros y logísticos que faciliten el tránsito de bienes y servicios. Esa integración no solo traerá beneficios económicos, sino también sociales, impulsando ciudades más conectadas, nuevas oportunidades de empleo, turismo e intercambio cultural.

El Corredor demuestra que la infraestructura, cuando se concibe como política pública y no como simple obra de cemento, es capaz de transformar territorios, conectar naciones y construir bienestar compartido. La integración regional, tantas veces postergada, puede comenzar a hacerse realidad a través de la voluntad de construir juntos los caminos del desarrollo.

Fuente : Portal Portuario

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