Santa Fe propone reordenar la logística en la Hidrovía: fondeo en el km 171 para mayor eficiencia

La provincia de Santa Fe impulsa una propuesta concreta para reorganizar la logística fluvial nacional: trasladar la zona de fondeo de buques al kilómetro 171 del río Paraná Guazú, a la altura del segundo puente Zárate–Brazo Largo.

El objetivo es optimizar la operativa de ingreso y salida de buques desde la Zona Común de Recalada hacia los principales puertos del tramo San Nicolás – Gran Rosario, núcleo clave del comercio exterior argentino.

Actualmente, los buques que ingresan desde el Atlántico deben navegar cerca de 30 horas antes de llegar a las zonas de carga. Esta nueva ubicación permitiría que la disponibilidad operativa se reduzca a menos de 12 horas, acercando los buques a los nodos productivos y logísticos del país.

El área propuesta cuenta con condiciones naturales de calado adecuadas —hasta 40 pies— y espacio para fondear hasta 15 buques, superando ampliamente las limitaciones actuales de la rada de San Lorenzo, donde la capacidad operativa se encuentra restringida.

Uno de los aspectos destacados de la propuesta es el impacto en los costos y en la rotación logística. Acercar los buques a zonas de carga permitiría prescindir, en muchos casos, del uso intensivo de radas más alejadas, multiplicando la eficiencia operativa. Además, se evalúa la posibilidad de adaptar el régimen de embarque de prácticos, permitiendo que estos puedan subir a los buques en Zárate, en lugar de hacerlo exclusivamente en Recalada, lo cual implicaría un cambio en las normativas vigentes.

El enfoque apunta a facilitar una logística fluvial más ágil, con menos tiempos de espera, menor consumo de combustible y mayor competitividad para el sistema portuario argentino.

¿Por qué es clave repensar las radas?

Las radas —zonas de fondeo y maniobra de buques— cumplen una función vital en la organización del tránsito fluvial. Su definición técnica contempla varios criterios fundamentales:

Deben ubicarse en zonas con profundidades naturales suficientes, evitando así dragados constantes.

No deben interferir con el canal principal de navegación ni estar cerca de obstáculos como boyas, estructuras o buques hundidos.

El ancho mínimo recomendado es de 300 metros, permitiendo maniobras seguras por parte de los prácticos.

La distancia entre buques se determina considerando las esloras, largos de fondeo y espacios necesarios para maniobrar.

Las zonas de maniobras pueden abarcar todo el ancho del canal, siempre que no haya tráfico en curso.

Cada fondeo se define según condiciones variables del río: buques cargados (LOA) durante crecidas o buques en lastre (BAL) durante bajantes.

La correcta elección y distribución de estas zonas es esencial para garantizar seguridad, eficiencia y sostenibilidad en la navegación interior.

Por Ariel Armero Globalports

 

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