“La carga no puede seguir pagando la ineficiencia”: fuerte llamado empresarial por la competitividad logística en Argentina

Reducir el costo logístico, revisar las tarifas y la operatividad del Puerto de Buenos Aires y garantizar reglas claras y eficientes para la operación del comercio exterior. Estas fueron algunas de las ideas que atravesaron el seminario “Propuestas para la mejora del comercio y la competitividad logística argentina”, convocado por el Consejo de Cargadores -conformado por la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) y la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA)-, que reunió a representantes clave del sector empresarial y logístico del país, así como a funcionarios públicos y expertos.

El encuentro se propuso debatir sobre los problemas y desafíos que enfrentan los puertos argentinos y que afectan la competitividad de la industria y el comercio exterior. Las intervenciones reflejaron un amplio consenso sectorial: la logística y los costos portuarios están entre los principales obstáculos para el desarrollo exportador argentino y es imprescindible la coordinación de políticas con el gobiern para mejorar la competitividad de las cargas productivas del país.

“La carga tiene que ser el centro”

Fernando Furci, Gerente General de CIRA, fue contundente: “Nada existiría sin carga: ni la cadena de transporte, ni los terminales, ni los camiones ni los trenes. Hoy, lamentablemente, todo está al revés: la carga gravita alrededor del sistema logístico, y no al revés. Todas las facturas las pagamos los empresarios”.

Criticó además los altos costos operativos del Puerto de Buenos Aires, que describió como “de 1 a 5 veces más caro que otros de la región”. Furci pidió un rediseño del sistema portuario y preguntó con claridad: “¿Qué tipo de puertos queremos para el presente y el futuro?”

El peso del sobrecosto portuario

Eduardo Rodríguez (UIA), también del Consejo de Cargadores, enumeró algunos de los principales factores que restan competitividad: tasas a las cargas, sobrecostos por contenedores de 40 pies high cube, cargos por peajes (toll fees), costos del Código PBIP, conflictos gremiales y un acceso deficitario al Puerto de Buenos Aires.

“Buenos Aires ha pasado de ser un puerto hub a ser un puerto feeder. El tránsito hacia puertos de mayor calado como Montevideo o Santos implica más tiempo, más peajes, más costos financieros. La carga argentina pierde competitividad y se escapa”, explicó. Además, advirtió que la falta de previsibilidad y eficiencia en las operaciones está generando demoras considerables y pérdida de oportunidades.

Concentración naviera, puertos caros y reglas desiguales

Oscar Fernández Choco, Director Ejecutivo de CERA, apuntó a la transformación del mercado logístico global, donde las navieras y operadores portuarios están concentrando poder de manera exponencial: “Estamos ante conglomerados empresariales que facturan más que el PBI de varios países. En ese escenario, los cargadores —que en Argentina son en su mayoría PyMEs— no tienen cómo negociar de igual a igual. El Estado tiene que equilibrar la cancha y regular estos desequilibrios de poder” expresó.

El representante de la CERA señaló que la competitividad no depende solo de la esfera de la producción sino también del transporte y la distribución: “la cadena de valor no es solo productiva sino también logística, hasta que la carga es recibida por el importador.”

En este sentido, reclamó también que el Estado debería ocuparse de garantizar una mejor condición de las rutas, particularmente en el acceso a los puertos. Propuso, además, abrir la discusión sobre un puerto de aguas profundas para Argentina, ante la pérdida de competitividad de Buenos Aires, señalado por los aumentos de tarifas en dólares en los últimos años, que termina pagando la carga. Señaló, en ese sentido, que la consecuencia es la pérdida de carga de contenedores con otros puertos de la región.  “Exportar es trabajo y desarrollo. No podemos resignarnos a ser un país caro y desconectado”.

Datos que preocupan

Paulina Campion, Directora Ejecutiva de COPAL, aportó datos alarmantes: “Argentina ocupa el puesto 73 de 139 países en el índice de desempeño logístico del Banco Mundial. Estamos antepenúltimos en la región”.

Representando a más de 14.500 empresas del sector alimentos y bebidas, Campion destacó que hasta el 30% del valor de factura de una empresa del sector puede corresponder al transporte y la distribución. “La logística tiene un peso enorme en la competitividad. En 2024, exportamos por US$ 31 mil millones. El 70% de la carga fue por vía acuática. Necesitamos trabajar en rutas, infraestructura, pasos fronterizos y eficiencia aduanera”.

Jorge Álvarez, Presidente de la Cámara Naviera Argentina, afirmó que productores y consumidores argentinos cargan con todo el peso del costo que genera la ineficiencia logística. “Hace 30 años que estamos inmovilizados en proyectos de infraestructura y esto tiene una incidencia en la producción, la exportación y la importación”.

Destacó el acuerdo reciente que la Cámara suscribió con el Centro de Navegación para cooperar en materia de mejoras para la competitividad logística en Argentina y se refirió también a las posibles reformas al sistema de cabotaje: “En un momento teníamos la mayor flota fluvial de bandera argentina. Ahora es de bandera paraguaya. Estamos trabajando para desregular el cabotaje nacional y volver a impulsarla.”

La visión estatal: modernización normativa y articulación

Desde la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPyN), Iñaki Arreseygor presentó el plan de acción del organismo, remarcando la necesidad de reglas claras y sostenibles: “Necesitamos contratos modernos que les permitan a los actores de la producción, que son los grandes generadores de valor, operar con costos competitivos. Es tiempo de actualizar el marco normativo para impulsar el sector”.

Funes de Rioja: “El cambio no se logra con las mismas herramientas”

El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, cerró el seminario con un mensaje claro: “El mundo no espera, y no nos va a esperar a nosotros. No se trata de quejarnos, sino de proponer y transformar. Desde el empresariado tenemos la vocación de hacer y de escuchar”.

Subrayó la necesidad de una articulación público-privada genuina y un cambio cultural profundo: “No podemos abordar los problemas logísticos de hoy con herramientas del pasado. Necesitamos una nueva caja de herramientas, construida en conjunto. Y también debemos combatir la corrupción que distorsiona el sistema”.

Funes de Rioja destacó especialmente la tarea del Consejo de Cargadores, ampliado con la participación de CERA y CIRA: “Este trabajo conjunto es fundamental. No hay producción sin comercio ni comercio sin logística. Contamos con la voluntad de transformar esta ansiedad en pasos adelante. Y necesitamos que nos escuchen”.

El seminario dejó una conclusión ineludible: sin una logística eficiente, integrada y competitiva, la Argentina no podrá recuperar su protagonismo en el comercio internacional. La carga —ese eslabón fundamental de la cadena— sigue enfrentando sobrecostos, regulaciones ineficientes y estructuras logísticas que priorizan intereses ajenos a la producción.

El desafío no es menor: se trata de transformar un modelo agotado, donde el alto costo del flete y de los puertos y la fragmentación del sistema expulsan a la carga y desincentivan la inversión. El diagnóstico está claro y las propuestas sobre la mesa. Lo que falta, como señalaron los oradores, es decisión política, articulación público-privada sostenida y una nueva mirada estratégica que ponga a la carga, y por ende al trabajo argentino, en el centro del desarrollo.

Por Diego Bercholc, GlobalPorts